El tipo había sido invitado por primera vez a la cena anual de
gala del Club de Golf.
Toda la "alta sociedad" se había dado cita. Saludos, abrazos, presentaciones, en fin, todas esas cosas que pasan regularmente en esas noches.
Se sienta en la mesa rodeado de gente de lo más importante. La
entrada, exquisita. Champagne, francés. El primer plato, un
infierno.
En ese preciso momento, primer retorcijón. A los 10 minutos, contracciones. A los 20 ya no da más. Si se inclina tan
solo un grado, le sale un pedo como para evacuar el salón. El
pobre hace fuerza como para aguantar pero no puede. De tanto
aguantar,
se le escapa un eructo que despeina a la señora de enfrente.
Hace un esfuerzo sobre humano como para disimular la pedorrera
Que se le escapa con un poco de tos. Coff...Cofff.!!!!!!
Pero que mierda!!! El ruido del pedo, supera ampliamente el de la
tos, y todos lo miran absorto. En el momento de ensayar la tos, le
comienza a picar la nariz, con lo que le viene un tremendo estornudo.
Como no abre la boca para amortiguar, del estornudo le salen dos mocos tipo vela, bien largos, que le llegan al mentón. Tratando de evitar que no se los vieran, se los come, pasándose la lengua por los labios y la pera. Pero le da tanto asco que no puede evitar una catarata de vómito sobre el plato de comida.
En eso, su vecino de la derecha lo codea y le dice. Perdón,
¿Con las orejas no sabe hacer nada?