Sapito de ojos brillantes.


Un tipo estaba desesperado porque la naturaleza lo había dotado de un

considerable trozo: ¡50cm!, y cada vez que iba a tener sexo las

mujeres salían corriendo espantadas. Un día se encuentra con un amigo

y le cuenta su problema. El amigo le ofrece una solución sorprendente:

- "Para solucionar tu problema tienes que viajar al Amazonas y buscar al sapito de los ojos brillantes... una vez que lo encuentres le preguntas ¿Sapito, sapito, me chupas el pito?, el sapito te va a contestar que NO y automáticamente se te va a reducir el pito 10 cm."

Luego de una larga discusión con el amigo pensando que se estaba burlando de su desgracia este hombre decide que no tiene nada que perder emprende su viaje hacia el Amazonas. Una vez ahí se interna en la selva en busca del sapito de los ojos brillantes.

Al cabo de varias horas de caminata y ante su sorpresa encuentra en medio de un estanque al sapito de los ojos brillantes. Todavía medio incrédulo se acerca al sapito y le dice:

- "¿Sapito, sapito, me chupas el pito?"

A lo que el sapito responde:

- "NO."

Y automáticamente se le reduce el pito 10 cm. El tipo reflexiona y decide que 40 cm todavía es demasiado y por ende le vuelve a preguntar al sapito:

- "¿Sapito, sapito, me chupas el pito?"

Y ante el segundo NO del sapito se le reduce el pito a 30 cm.

- "Bueno," piensa este hombre, - "30 cm no está nada mal pero todavía

puede que demasiado."

Entonces decide acercarse al sapito por última vez y preguntarle:

- "¿Sapito, sapito, me chupas el pito."

Y el sapito responde:

- "Te dije que NO, NO y NO."